....Historias de burkas y abayas, de inmigrantes e itinerantes.....

Un recorrido por los países árabes donde la vida me puso por causalidad.... Bienvenidos a mi oasis literario....

viernes, 5 de febrero de 2010

Túnez, la Francia Oriental


Bonjour! A´slama! Le bess?.
Sin prestar demasiada atención a un señor que me pregunta algo que no le entiendo, subo rápidamente los primeros peldaños de la entrada al hotel donde me hospedo. Listo, estoy a salvo. Es mi tercer día en Túnez, de mi tercera vez que estoy en este país. En esta oportunidad me encuentro en pleno centro de la ciudad, y me ha sorprendido la cantidad de gente en las calles, y la desorganización vehicular.

Viniendo de Emiratos, donde el peatón pone  un pie en la calle y los coches frenan, me estresa sobremanera no poder caminar tranquila y ver que los transeúntes hagan caso omiso a las señales del semáforo. Caos total, pero a la gente parece no importarle demasiado. Los coches esperan a que los peatones –impacientes- pasen, y de vez en cuando una bocina los hace correr. Me detengo al borde de la acera y miro a mi alrededor. Sostengo bien mi cartera, según las recomendaciones de los locales. Un grupo de adolescentes se reúne en una esquina; algunas de las chicas llevan burkas,  y me sorprende, ya que si bien es un país musulmán son escasas las mujeres que llevan cubierto su cabello. Un niño de unos 10 años que se acerca, me saca de mis pensamientos y me ofrece una de las típicas flores de yasmin, le doy un dinar y continúa su camino. Entonces, me animo a cruzar la calle.
 

Ya estoy en el medio de la avenida Habib Bourguiba. Un hermoso corredor peatonal bordeado con frondosos árboles que son el hábitat natural de mucho pajaritos que al atardecer compiten con su trinar y les ganan a los ruidos de las bocinas. Camino tranquila, el corredor es amplio y no hay necesidad de esquivar gente. Me dirijo hacia el souk, uno de los lugares que más me gustan de Túnez. Luego de un par de cuadras llego a la puerta simbólica de la Medina, la "bab el bahr", una estructura de piedra en forma de arco, ideal para la foto turística.

Comienza la acción. El “no gracias, estoy mirando” no es muy tenido en cuenta. Insistentes, los vendedores intentan convencer al comprador de que están haciendo un precio especial, de oferta, y sólo por hoy. El juego consiste en regatear, una actividad ancestral, y muy divertida por cierto. Pero hoy no tengo mucha paciencia, recorro algunas cellecitas y vuelvo. ¿Quién dijo que salir de compras no estresa?.
Volviendo a casa, ya bosquejo en mi mente las primeras oraciones para escribir en mi blog. El contraste cultural que se ve en Túnez es el pilar de la identidad de esta nación. Un país musulmán, pero con fuertes reminiscencias francesas; un pueblo que rompió con algunas tradiciones fundamentalistas y se abrió al cambio. De todo esto surge el actual Túnez. Un país exótico, que –salvando las distancias-  bien merecido tiene el mote de “la Francia Oriental”.



1 comentario:

Mariana dijo...

impecable como siempre fer....un viaje...

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