....Historias de burkas y abayas, de inmigrantes e itinerantes.....

Un recorrido por los países árabes donde la vida me puso por causalidad.... Bienvenidos a mi oasis literario....

lunes, 13 de diciembre de 2010

Las mil y una identidades: ¿¿ Fernanda, Fufu, Fadilah, Fifi...??



Cuando los padres eligen los nombres de sus hijos, juegan muchos aspectos como etimología, significado, una cierta concordancia con el apellido,  o simplemente se prefiere por gusto o por tradición familiar. En mi caso, mis padres decidieron llamarme Fernanda, en honor a mi abuelo materno quien murió cuando mi papá era adolescente. Me encanta mi nombre, y sobre todo me gusta que me digan Fer.

Cuando comencé a bailar en Argentina se estilaba tener un nombre artístico, preferentemente árabe, para el caso de nosotras las bellydancers. Me llevó tiempo elegirlo, pero siempre busqué en el listado de la letra F, porque quería conservar mi inicial. Así, elegí el nombre Fadilah, que significa mujer virtuosa y extrovertida. Nunca me imaginé que muchos años después en Medio Oriente me iban a rebautizar como Fernanda, un nombre que a los oídos árabes suena como “exótico”.

viernes, 26 de noviembre de 2010

Bailar en Túnez...cada show, un flow



Boudi abrió la puerta del camarín y se derrumbó en el sillón. “Estoy muy cansado”, me dijo; y luego cerró los ojos y se dispuso a reposar 15 minutos, tiempo que restaba para el siguiente show, que era el mío. Eran las 3 de la mañana, y aún quedaban unas cuatro horitas más por delante. En Túnez, los artistas, músicos y trabajadores de los “restaurant spectacle” son vampiros.

En este país del norte de África la noche es eterna. Cuando llego a trabajar aquí, me lleva una semana adaptarme al horario, ya que comienzo a trabajar a la hora en la que en Emiratos o Líbano me voy a dormir. Los bostezos esos primeros días son inevitables, pero la energía de cada show es incomparable, y no hay nada en contra cuando se escuchan los primeros acordes de un buen ritmo tunecino.

jueves, 18 de noviembre de 2010

Eid Mubarak!!

Aún faltaban 40 minutos para mi vuelo. Mi boleto decía puerta 12, así que fui caminando sin prisa. Me encanta el momento previo a volar, cuando ya pasé todos los controles, despaché las valijas y estoy a punto de disfrutar de unas cuantas horas placenteras de relax. Entonces fui caminando despacito, observando a mi alrededor.

Unos cuantos hombres salían del baño arropados con una toalla alrededor d la cintura, sandalias, y algún otro lienzo blanco cruzado sobre un hombro. Sus panzotas y pechos peludos al descubierto, como si salieran del sauna. Se dirigían a la puerta 10, donde se podía leer en el letrero "Jeddah", la puerta principal hacia la ciudad santa de La Meca, en Arabia Saudita

jueves, 11 de noviembre de 2010

De aeropuertos, equipajes y otras yerbas....

Viajar es hermoso. Pero cuando se convierte en algo usual, a veces llega a ser estresante.

Me sucede siempre que cuando tengo un vuelo me invade la ansiedad. Por lo general, las distancias que recorro entre país y país son relativamente cortas, y casi siempre tengo permitido sólo una maleta, aunque puedo pagar una extra; que según la compañía puede tener un costo razonable o disparatado. Mi valija con mis trajes de danza es la más pesada y nunca puedo lograr que pese menos de 30 kilos, sin contar que no pongo en ella ni un solo par de zapatos, sino que trato de poner todos en la otra valija, o en la de mano. Por regla, en todos los aeropuertos del mundo no despachan ninguna valija que supere los 32 kilos, por cuestión de seguridad. Por lo tanto, siempre estoy al límite con el peso, y más de una vez cuando he estado en el check-in tuve que abrir las valijas y pasar peso de una a la otra para equilibrar y no pagar de más, o para que esta grandotota no pese más de los 32 kgs  reglamentarios. De hecho, tan al límite estuve en Argentina cuando viajaba hacia Dubai que por diferencia de 1 kg y medio tuve que dejar mi espada (sable) de danza, y me quedé con ganas de traerlo. No había ya espacio físico ni para un alfiler.

lunes, 18 de octubre de 2010

Multadas por comer chicle en el Metro... Ya Haram!!


Después de casi dos años y medio en estos pagos me viene a pasar una cosa así. Jamás pensé que por una inocente goma de mascar se armaría tanto revuelo…

Sábado, casi 2 de la tarde en Dubai. Un día muy ameno, una temperatura ideal, y un lindo plan para pasar la tarde con amigas. Nos encontramos con Esme, mi belly-amiga española, para luego juntarnos con otras dos amigas en el Dubai mall. Nos dirigimos a la Khalid Bin al Walid Station para tomar el Metro que nos dejaría en la estación cerquita del Shopping mall.  

Mientras esperábamos, le ofrezco una goma de mascar de menta y nos abrimos paso entre la gente; entonces subimos al tercer vagón. Estábamos conversando, de pie, y vemos venir a una de las guardias que controlan las tarjetas. Como es rutina, nos pide el pase y continúo conversando con mi amiga mientras se lo muestro. Me llevo una sorpresa cuando la señorita regordeta y cubierta con la vestimenta local (abaya negra y niqab) no me lo devuelve y me pregunta “¿do you have chewing gum?”. La pregunta me descolocó un poco y, sonriendo le digo que sí, pensando “pues que descarada de pedirme un chicle”. Pero no me da tiempo a terminar con mis cavilaciones y me pide mis documentos: “ID please”. La miro desconcertada¸ y le pregunto para qué quería mi identificación. Sarcásticamente me mira, con una mirada como de quien está a punto de conseguir su trofeo, y saca un folleto que despliega con cierta habilidad y muestra un párrafo donde dice que está prohibido comer y beber dentro del Metro, y entre paréntesis está aclarado “incluido goma de mascar”; le hace un circulito con el marcador de tinta azul y debajo escribe “100 dirhams” (30 dòlares): “me acompañan por favor y se bajan conmigo, tienen que pagar la multa”. Así la acompañamos. Desconcertadas. Atónitas. Aturdidas. Sin saber si reír o llorar, aunque en la siguiente hora y media tuvimos de ambas cosas.
La prueba del delito
Desde el principio negamos con firmeza que no teníamos el dinero para pagar, que estábamos con dinero justo para regresar; y con la misma firmeza nos contestaron que pagaríamos de todos modos, allí mismo o en la estación de policía.

Fue en vano suplicar, llorar, patalear y decir una y mil veces “Walla!! (te lo juro por Dios), porque estaban dispuestos a no ceder. La mujer que nos sacó del vagón como un perro que arría ovejas fue la que estaba más firme. Fue ella la que nos miró con una mirada dura, fría, y cargada de rencor y muchas otras cosas que vi en sus ojos pero no vienen al caso mencionarlas, por su falta de decoro.  Fue ella la que tenía la última palabra en cuanto a la decisión de cobrarnos o no; porque al principio nos iba a hacer pagar 100 dirhams en total, pero luego de suplicar y de pedir hablar con el encargado nos subió la apuesta. Ella sabía que ganaba. La afrenta era con nosotras; lo supimos por su sonrisa burlona por lo bajo, su forma de hablarnos despectivamente y por su energía sucia que nos hizo sentir tan mal. Hablamos 3 veces con el encargado (por teléfono), y nos contestó que no había forma, debíamos pagar.

Los malos de la pelicula
Después de tanta bronca mezclada con impotencia, cedió la resignación. Y pagamos. A todo esto tuvimos que llamar a otra amiga que ya iba en camino a encontrarnos en el mall, para que venga a figurar que nos traía el dinero, porque después de más de una hora diciendo que no teníamos era muy arriesgado sacar los 200 dirhams como por arte de magia. Así que vino Karina y quiso ayudarnos. Les habló, les suplicó, les explicó todo lo mismo que habíamos explicado, mientras que esta señorita de nombre Wadha (porque luego anoté su nombre) se reía por lo bajo. Poco le duró la paciencia a Karina, y comenzó a subir el tono de voz hasta que dijo la palabra prohibida. Entre tantas idas y venidas dio a entender que esta sociedad árabe quería “joder” a los turistas en vez de ayudarlos”. Explícitamente usó la palabra “fuck”. Adentro Karina; la llevaron a un cuarto aparte para que se explique acerca de lo que había dicho ya que otra de las mujeres (compañera de Miss. Zorra) la acusó de hablar en contra de su cultura y su religión. Pasó; después de 15 minutos nuestra amiga que había venido a ayudarnos y se hundió junto a nosotras, ya estaba afuera y la esperábamos con nuestras boletas en mano de la multita que habíamos pagado.

Nos dirigimos al mall donde nos esperaba otra amiga –en taxi, claro- con un chicle en la boca, y tratando de serenarnos por el momento que habíamos pasado.
Demasiado. Esta bien que se atengan a las reglas. Pero demasiado es demasiado. No debería pasar esto con los turistas. No hicimos nada que ofenda, y ni siquiera hay un cartel visible que explique que no se puede comer chicle.

Otra historia más para contarle a mis nietos el día de mañana: entre camellos, desierto y bellydance, la historia del chicle seguro va a ser una de las más repetidas.

                     NO AL CHICLE

domingo, 26 de septiembre de 2010

La Salvación: Dulce de Leche en Dubai!


Convencida que en Emiratos no iba a encontrar el auténtico dulce de leche argentino, sino una ridícula copia llamada "caramel", me traje de Argentina un frasco de 1 kilo de este dulce de los Dioses. Convengamos que un kilo no me dura más de veinte días ya que soy fanática de comer el dulce de leche a cucharadas.
En Argentina este pote cuesta $ 11, en Dubai tan sólo $16. Una ganga..

miércoles, 8 de septiembre de 2010

Ramadán en Dubai

Tres horas en el aeropuerto esperando mi Visa, un calor húmedo que abochorna mis sentidos, y una noche silenciosa, algo raro tratándose de Dubai. Así me recibe -nuevamente- esta ciudad de Emiratos Árabes, tras mis lindas vacaciones de casi 2 meses y medio en mi amada Argentina.

Llego tres días antes de la culminación del Ramadán, festividad musulmana que consiste en la abstinencia total de todo aquello que rompe el ayuno (sea comida, bebida o relaciones sexuales) desde el alba hasta la puesta del sol. Así, este año el 9 de setiembre por la noche los restaurantes tirarán la casa por la ventana para celebrar el Eid el Fitr. Es raro encontrar a esta ciudad en calma. Pero la vida agitada da paso al reposo bienvenido en estas tardes de calor. Los negocios cambian sus horarios y la vida comienza después del atardecer, cuando se puede comer y beber. 

jueves, 22 de julio de 2010

En tierras nativas

Me colgué. Es lógico. Llegué a Argentina hace exactamente un mes, y me olvidé del resto del mundo. Pero vuelvo a tener los pies sobre tierra firme y caigo en la cuenta que el último post es del 11 de mayo; por eso vuelvo al ruedo: el blog es como una plantita que hay que cuidar. Que no decaiga!

Cambiar aires me vino bien; sobretodo si se pasa de 45º a unos 10º -o menos, como en estos últimos diez días-.  Lo que no dejo de pensar es cómo se me pasa volando el tiempo. No se si estoy más vieja o si es que a todo el mundo le pasa lo mismo.  Mi última parada fue Bahrain, y vine derechito a mi país. Y la verdad, que volví a encontrame con las cosas que tanto extrañaba, pero también quedé anonadada por muchas otras no tan lindas.

martes, 11 de mayo de 2010

Bahrain, la tierra Khalegge; la perla del Golfo.


Bahrain me recibe de brazos abiertos por segunda vez. La misma época del año que el año pasado, el mismo calor, la misma zona de la ciudad. Pero siempre es distinto. Las personas, los amigos, el trabajo, los paseos. Cada momento es especial.
Nos situamos geográficamente. Bahrain es el país más pequeño del Golfo Pérsico, y está compuesto por más de 30 islas e islotes, de la cual Manama es la mayor, y es la Capital del reinado (así se llama, “Kingdom of Bahrain”). Sus vecinos son Arabia Saudita y Qatar,  y la religión oficial es el Islam. Si bien es un pueblo musulmán, es uno de los países más “open mind” dentro de los de religión musulmana. En este terruño conviven en paz musulmanes, cristianos, budistas y algunas religiones menores. También es el único país del golfo que alberga una iglesia cristiana, que se encuentra muy cerca de la mezquita.

viernes, 26 de marzo de 2010

Aventura en la Medina


Comienzan los días lindos en Túnez. La lluvia y el frío cesaron y dieron lugar a la inminente primavera. Como cada día después de almorzar, salgo a caminar por las calles, recorro las tiendas, y despejo la mente.
La Medina es un paseo obligado. Estoy en el centro de la ciudad, a pocos pasos del souk, y siempre me tienta perderme en sus callejuelas. Aunque últimamente, he desistido; me han ganado por cansancio…

lunes, 15 de febrero de 2010

Obsesión por el matrimonio... todo un tema!

Suena el teléfono. Atiendo entredormida. “Madmoiselle, je viens à faire la chambre?”. Alcanzo a balbucear un “oui, Ok. Merci”. Son las 3 de la tarde, antes de cerrar su turno quieren asegurarse de limpiar mi cuarto. Latifah y Habiba entran sonrientes, y abordan su labor. Comienzan a hablar entre ellas, mientras me siento en un rincón con mi compu para no entorpecer sus quehaceres. Se ríen, me miran; trato de entender lo que hablan. No es fácil, porque mezclan el árabe con el francés, a la usanza tunecina. No pueden más con su curiosidad y me preguntan ¿está casada madmoiselle?”, señalando el dedo anular. Dudo de mi respuesta…pero les contesto la verdad. Acto seguido me preguntan mi edad, y me quedo cavilando por qué será que a esta gente les preocupa tanto el matrimonio.

viernes, 5 de febrero de 2010

Túnez, la Francia Oriental


Bonjour! A´slama! Le bess?.
Sin prestar demasiada atención a un señor que me pregunta algo que no le entiendo, subo rápidamente los primeros peldaños de la entrada al hotel donde me hospedo. Listo, estoy a salvo. Es mi tercer día en Túnez, de mi tercera vez que estoy en este país. En esta oportunidad me encuentro en pleno centro de la ciudad, y me ha sorprendido la cantidad de gente en las calles, y la desorganización vehicular.

domingo, 17 de enero de 2010

Vivir sin Miedo... pero con precaución.


No dejo de asombrarme a cada momento de las cosas que están aconteciendo en mi país. Aunque con todo lo que soportamos los argentinos -y latinoamericanos en general- a veces parece que nos vamos acostumbrando. Cada mañana, nescafé en mano, enciendo mi compu y me pongo al día de las cosas que suceden en el otro lado del charco. Y ahora me doy cuenta que los argentinos ya estamos casi "vacunados" contra cierto tipo de noticias. Los políticos de siempre, la corrupción interminable, la delincuencia que no merma, y los asesinatos a la orden del día. Y me invade una tristeza por mi país, que nunca antes había sentido.

martes, 5 de enero de 2010

Opulencia y ostentación Vs. censura y explotación


Quien anduvo por Dubai este 4 de enero habrá notado que la ciudad estuvo paralizada esperando la inauguración de la torre más alta del mundo. El Burj Dubai - recientemente bautizado Burj Khalifa, en honor al Presidente de los Emiratos Árabes- le quitó el puesto a la Torre Taipei, en Taiwán, y se coronó como el ícono edilicio de Dubai.

viernes, 1 de enero de 2010

Comenzar el 2010 bailando...


Ya pasó. Arrancó la segunda década del milenio. Como en todas partes del mundo, se vivió un clima de festejo en cada ciudad, en cada país. En Emiratos Árabes la alegría no fue menor. Color, luces, decoración por todas partes. Los restaurantes se vistieron de gala para recibir a sus comensales. Cualquiera que quisiera deleitarse con las exquisiteces de los menúes especiales tuvo que desembolsillar entre 400 y 1500 dirhams, -por persona-  dependiendo del lugar (aproximadamente el mismo monto en pesos argentinos). Cifra acorde a lo ofrecido, teniendo en cuenta la excentricidad de los platos y bebidas.

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