....Historias de burkas y abayas, de inmigrantes e itinerantes.....

Un recorrido por los países árabes donde la vida me puso por causalidad.... Bienvenidos a mi oasis literario....

viernes, 26 de noviembre de 2010

Bailar en Túnez...cada show, un flow



Boudi abrió la puerta del camarín y se derrumbó en el sillón. “Estoy muy cansado”, me dijo; y luego cerró los ojos y se dispuso a reposar 15 minutos, tiempo que restaba para el siguiente show, que era el mío. Eran las 3 de la mañana, y aún quedaban unas cuatro horitas más por delante. En Túnez, los artistas, músicos y trabajadores de los “restaurant spectacle” son vampiros.

En este país del norte de África la noche es eterna. Cuando llego a trabajar aquí, me lleva una semana adaptarme al horario, ya que comienzo a trabajar a la hora en la que en Emiratos o Líbano me voy a dormir. Los bostezos esos primeros días son inevitables, pero la energía de cada show es incomparable, y no hay nada en contra cuando se escuchan los primeros acordes de un buen ritmo tunecino.

jueves, 18 de noviembre de 2010

Eid Mubarak!!

Aún faltaban 40 minutos para mi vuelo. Mi boleto decía puerta 12, así que fui caminando sin prisa. Me encanta el momento previo a volar, cuando ya pasé todos los controles, despaché las valijas y estoy a punto de disfrutar de unas cuantas horas placenteras de relax. Entonces fui caminando despacito, observando a mi alrededor.

Unos cuantos hombres salían del baño arropados con una toalla alrededor d la cintura, sandalias, y algún otro lienzo blanco cruzado sobre un hombro. Sus panzotas y pechos peludos al descubierto, como si salieran del sauna. Se dirigían a la puerta 10, donde se podía leer en el letrero "Jeddah", la puerta principal hacia la ciudad santa de La Meca, en Arabia Saudita

jueves, 11 de noviembre de 2010

De aeropuertos, equipajes y otras yerbas....

Viajar es hermoso. Pero cuando se convierte en algo usual, a veces llega a ser estresante.

Me sucede siempre que cuando tengo un vuelo me invade la ansiedad. Por lo general, las distancias que recorro entre país y país son relativamente cortas, y casi siempre tengo permitido sólo una maleta, aunque puedo pagar una extra; que según la compañía puede tener un costo razonable o disparatado. Mi valija con mis trajes de danza es la más pesada y nunca puedo lograr que pese menos de 30 kilos, sin contar que no pongo en ella ni un solo par de zapatos, sino que trato de poner todos en la otra valija, o en la de mano. Por regla, en todos los aeropuertos del mundo no despachan ninguna valija que supere los 32 kilos, por cuestión de seguridad. Por lo tanto, siempre estoy al límite con el peso, y más de una vez cuando he estado en el check-in tuve que abrir las valijas y pasar peso de una a la otra para equilibrar y no pagar de más, o para que esta grandotota no pese más de los 32 kgs  reglamentarios. De hecho, tan al límite estuve en Argentina cuando viajaba hacia Dubai que por diferencia de 1 kg y medio tuve que dejar mi espada (sable) de danza, y me quedé con ganas de traerlo. No había ya espacio físico ni para un alfiler.

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